Tal y como hemos mencionado en anteriores publicaciones en nuestra web, en nuestro estudio venimos desarrollando numerosos proyectos de regeneración y renovación urbana. Uno de estos proyectos que estamos redactando en estos últimos meses, consiste en la rehabilitación de 50 viviendas sociales en el barrio de Sardina del Sur, en el municipio sureño grancanario de Santa Lucía de Tirajana, un proyecto encargado por el Ayuntamiento y que surge del convenio de colaboración con el Consorcio de Viviendas de Gran Canaria.
Este tipo de operaciones de regeneración y renovación urbana, trabajadas de forma estratégica desde la disciplina urbanística y arquitectónica, pueden ser una verdadera oportunidad para superar los estigmas sociales vinculados a las tipologías de vivienda colectiva que se desarrollaron en España entre 1936 y 1976, con un alto contenido ideológico y político propio de la época.
En este sentido, el conjunto de viviendas a intervenir tiene su origen en un contexto político y social donde las estrategias de vivienda tenían una gran connotación ideológica. Las 50 viviendas sociales de Sardina del Sur fueron promovidas por la Delegación Nacional de Sindicatos, de la cual la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura que actuaba en colaboración con el Instituto Nacional de la Vivienda entre los años 1939 y 1977, ejecutaba numerosos proyectos de construcción de viviendas con el objetivo de paliar el problema de necesidad de hogares. En este caso concreto, las viviendas son promovidas por la Delegación Nacional de Sindicatos Grupo 29 cuya tipología edificatoria se replicó en muchos lugares del territorio insular; a modo de ejemplo, dos promociones de este tipo de viviendas en el barrio de Las Longueras en Telde, que actualmente están en proceso de rehabilitación.
La Obra Sindical del Hogar tenía entre sus funciones crear un estilo arquitectónico que recoja y exprese el contenido, el sentido y las inquietudes del Nacional-Sindicalismo, en cuanto a doctrina que representa una peculiar concepción del hombre y de la vida, contribuir a imponer la estimación e interpretación de la Arquitectura, su racionalismo y su técnica, y mantener las relaciones del Movimiento con la arquitectura Nacional (Gómez-Jiménez, M.L., 2004. La intervención administrativa en el sector de la vivienda).
Teniendo en cuenta los antecedentes, el origen, representación y contenido que lleva intrínseco el conjunto de viviendas a intervenir, a lo que se suma el problema del paisaje urbano ocasionado por la fuerte presencia del conjunto edificado, con un volumen importante y un tratamiento cromático homogéneo que no dialoga con el tejido urbano del entorno, mucho más fragmentado y con tratamientos diferenciados, establecemos una estrategia de intervención para la regeneración y renovación integral del barrio.
Así, se contempla la intervención de rehabilitación como una oportunidad para la eliminación de los estigmas sociales referentes a las clases sociales, puesto que estas viviendas eran denominadas y conocidas como viviendas “utrabaratas” y estaban dirigidas a las clases sociales obreras y más empobrecidas de la época, y a la mejora de la calidad estética y ambiental de los edificios y del espacio urbano a través de la rehabilitación exterior de los edificios y la revitalización del espacio urbano del ámbito de actuación.
Además de aplicar criterios de intervención que pretenden mejorar las condiciones de salubridad, eficiencia energética, aumento del confort térmico y acústico, mejora de la accesibilidad, y mejora de la conservación, entre otros criterios necesarios que van a aumentar el valor de los inmuebles, el proyecto busca una mejor integración del ámbito de actuación en el barrio, y para ello resulta fundamental trabajar sobre el diseño del paisaje urbano.
Dado que los edificios generan un impacto visual significativo, ya que tienen un gran predominio visual y volumétrico dentro del contexto urbano donde se localizan, el proyecto plantea diferenciar cromáticamente los distintos bloques de vivienda, generando así una imagen urbana heterogénea del conjunto edificado. La combinación de colores a utilizar, a través de la aplicación de morteros monocapa, responde a la variedad de colores utilizados en la zona, organizados en una secuencia que va desde los colores primarios, secundarios y terciarios, y su disposición o diseño sobre las fachadas acentúa el carácter “pasante” de las viviendas, puesto que cada vivienda dispone de fachada delantera y trasera.
El resultado es un paisaje urbano más amable e integrado en el lugar, para lo que el uso cromático es en esta ocasión muy importante, organizado de forma dinámica sobre las fachadas a modo de pentagrama musical, donde cada uno de los siete bloques de edificios representa una nota y una posición única en el pentagrama.
Con el tratamiento de las fachadas y de las cubiertas de los edificios, se eliminan también los elementos insalubres tales como antenas, tendederos, aparatos de aire acondicionado, etc., sobrepuestos en fachada, y su reubicación en cubierta y tras la disposición de una celosía en patio de fachada.
El proyecto desarrolla también numerosas actuaciones de mejora de la accesibilidad universal para el conjunto del barrio, para lo cual se renuevan las aceras, se introduce mobiliario accesible, se crean plazas de aparcamiento adaptadas, se mejoran las paradas de guagua del entorno, y se acondicionan las zonas ajardinadas del ámbito de actuación.
En definitiva, apostamos con este proyecto de regeneración urbana por afrontar la ruptura con las vinculaciones de una arquitectura generadora de estigmas sociales, y la manera de hacerlo es a través de una estrategia clara de integración en el entorno, dando como resultado un paisaje urbano renovado y moderno.
