El Banco Mundial lanzó una advertencia en 2020: “las ciudades modernas están diseñadas y han sido diseñadas por los hombres y para los hombres, y eso limita el acceso a las mujeres al desarrollo económico y social”.
“La ciudad modelada por el varón”, capítulo redactado por Jane Darke en el libro “La vida de las mujeres en las ciudades. La Ciudad, un espacio para el cambio”, ofrece tres discursos sobre los que la ciudad afecta a las mujeres. Dos de estos discursos describe los impactos negativos, y un tercero, la descripción en positivo. En cuanto a los aspectos negativos, se hace referencia a la ciudad como espacio de propiedad, abordando un segundo aspecto dedicado a la forma en la que los trabajos determinan la ciudad, así como la ordenación de usos del espacio, ordenación que, según para quién, puede facilitar o dificultar ciertos tipos de movimientos, actividades y roles, donde la ciudad zonificada no favorece a las mujeres.
En relación con este planteamiento, se vuelve ahora de actualidad y como argumento para la transición hacia el uso y disfrute de la ciudad sin desigualdades, el libro de Jane Jacobs de 1961 titulado “Muerte y vida de las grandes ciudades”. Jane Jacobs crítica la ciudad capitalista y reivindica la apropiación de la calle, las aceras, los parques y el barrio como espacios de socialización, donde la ciudad capitalista arrastra y genera desigualdades. En su libro plantea ideas, por entonces innovadoras y que actualmente son vigentes, y más aún después de la pandemia sufrida por la COVID-19, como la creación de elementos que fomenten la red cotidiana de proximidad y la generación y fortalecimiento de la comunidad del vecindario, contribuyendo al activismo en los barrios, el uso y disfrute de los mismos, donde el centro de las decisiones en la vida cotidiana sea tomado por las personas y que dé respuesta a las necesidades diarias.

Así pues, el pasado 3 de junio de 2021 el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canarias inició las Jornadas de Urbanismo con perspectiva feminista, tituladas “El espacio está lleno de Luz”.
En esta primera jornada contó como ponente con la arquitecta feminista Zaida Muxí, con una dilatada experiencia en cuestiones de género y arquitectura, y género y espacio. El diario.es recoge un breve resumen de lo expuesto por Muxí, donde comenta que las urbes han sido diseñadas durante mucho tiempo por hombres que, desde su experiencia, decidían qué era lo necesario para toda la ciudadanía.
<<“El coche no puede ser el amo de la ciudad”, ejemplifica. Así, los hombres pensaron en unas ciudades divididas en dos partes: zona de residencia y zona de trabajo, “pero nunca se ha preocupado en ver cómo funciona la residencia, cómo se vive, cómo se lleva al hijo a la escuela, cómo se hace la compra, en cómo te mueves si no tienes vehículo privado, que mayoritariamente es propiedad masculina…”. Por ello, cuando hablamos de que las ciudades sean adecuadas para las mujeres, tiene que ver con que “usamos distinto las ciudades por los roles de género”, y añade que lleva a un modelo de ciudad muy diferente al que se ha pensado desde la perspectiva masculina. Hasta el hecho de acudir a comprar, recuerda que es una tarea que siguen realizando en mayor medida las mujeres; “excepto en el confinamiento que acudían también más hombres para poder salir a la calle”.>>

Desde nuestro estudio de arquitectura estamos concienciados con la importancia de la promoción de la igualdad de género, aplicando eficazmente estrategias con perspectiva de género en todos y cada uno de los proyectos que desarrollamos.
Mostramos nuestro compromiso con la promoción de la igualdad de género, siendo conscientes de la importancia de priorizar en las cuestiones de género en el proceso de diseño urbano, donde para ello, nuestro equipo se forma de manera específica para que a través de los conocimientos adquiridos sobre la materia se apliquen eficazmente estrategias con perspectiva de género, como mencionamos anteriormente en los proyectos que desarrollamos.
Ejemplo de ello, en cada Programa de Regeneración Urbana y Rural, Plan de Movilidad Urbana Sostenible o Plan de Accesibilidad que desarrollamos se analizan, de manera particular, las experiencias y los usos de la ciudad/barrio/pueblo e incluso en la escala de la vivienda y/o hogar (uso de los espacios de la vivienda doméstica) desde las perspectivas de toda la ciudadanía, incorporando la voz y necesidades a través de la participación activa especialmente de mujeres, minorías, personas con discapacidades, niñas y niños, y hombres, etc., ya que las ciudades en afirmación de varias expertas y estudiosas del urbanismo con perspectiva de género, como Maitreyi Das, gerente del Departamento de Prácticas Mundiales de Desarrollo Urbano, Gestión de Riesgos de Desastres, Resiliencia y Tierras del Banco Mundial, realizan afirmaciones como las siguientes:
“Todos tenemos necesidades y rutinas diferentes cuando se trata de la manera en que accedemos a la ciudad. Sin embargo, si la ciudad se construye para un usuario masculino neutro, quedan desatendidas las necesidades, los intereses y los hábitos de las mujeres (…). Esto tiene enormes repercusiones en el acceso de las mujeres al empleo y la educación, en sus libertades y su seguridad, etc.”
Atendiendo a las premisas anteriores, a fin de elaborar estrategias más eficientes y eficaces, sostenibles, y amables con las ciudadanas y ciudadanos, integrando la perspectiva de género en cada una de las acciones que proponemos, sobre todo en las actuaciones que desarrollamos en los trabajamos anteriormente citados, no solo se busca dar respuesta legal a los requerimientos normativos sectoriales en materia de vivienda y habitabilidad, accesibilidad o movilidad y transición ecológica. Aplicamos e integramos la voz de todas aquellas mujeres, niñas y minorías en cada una de las acciones y propuestas que desarrollamos de manera integral y transversal para combatir con la desigualdad de género, ya que existen temáticas o realidades que generan limitaciones varias, incomodidades e incluso sensaciones y situaciones reales de peligro en mujeres, niñas, minorías sexuales, y de géneros de todas las edades y capacidades, siendo estas temáticas las que mayor desigualdad genera:
– La accesibilidad para la autonomía a la hora de utilizar los servicios y espacios públicos, sin limitaciones ni barreras.
– La movilidad para moverse de forma segura, fácil y asequible.
Como ejemplo, en nuestro último Plan Municipal de Accesibilidad desarrollado para el municipio de San Miguel de Abona, ponemos como eje central las necesidades de las niñas y niños en cuanto a accesibilidad en el espacio público a los centros escolares. Para ello, proponemos una actuación para la generación de entornos de escuelas seguras. Esta actuación tiene por objeto paliar las deficiencias de accesibilidad en los entornos próximos a las escuelas con la implantación de operaciones de calmado de tráfico, instalación de señalización de aviso de prioridad de peatones, implantación de iluminación, implantación de zonas de estancia y actuaciones de embellecimiento, entre otras.
Del mismo modo, desarrollado y entregado por nuestro equipo recientemente el PMUS de San Juan de La Rambla, incluimos propuestas de prácticas feministas aplicadas al urbanismo como la generación de senderos escolares, con el objetivo de fomentar una mayor autonomía con un camino escolar más seguro para las niñas y niños, lo cual no requiere de una persona que los cuide, que por general es una madre y/o abuela.

Como ejemplo de urbanismo feminista más desarrollado lo encontramos en la ciudad de Viena, en el distrito de Mariahilfer, dónde hace dos décadas el ayuntamiento de la ciudad ha estado implantando un programa en el que las actuaciones se ejecutan pensando en la diversidad de las personas que viven allí. Así pues, se han hecho mejoras en temas como la seguridad (mejorando la iluminación), la movilidad (ampliando aceras, eliminando aparcamientos en superficie para facilitar el paseo de la ciudadanía), y en socialización, tanto en la calle (con bancos encarados para facilitar las conversaciones) como en espacios privados (casas con portales y vestíbulos más amplios que favorezcan encuentros).
En conclusión, debemos entender el urbanismo con perspectiva de género como la puesta en el centro de las políticas urbanas en las necesidades de las personas.